Marisa Guiulfo y Coque Ossio
Marisa Guiulfo y Coque Ossio

La Bonbonniere

DISFRUTA DE NUESTRA COCINA

Nos interesa disfrutar de la vida con todas sus idas y venidas, sin prejuicios, enfocándonos en lo positivo. Amamos todo lo rico y bello de vivir, y lo compartimos con todos los que nos visitan. Creemos en recuperar valores que hemos perdido en el tiempo, como el respeto mutuo, la sana convivencia, el aprecio por la paz, la armonía, el arte. Nos gusta servir a la gente y compartir la felicidad a través de una gran experiencia culinaria.

RESPETO
El otro siempre es primero. Tratamos a la gente como nos gusta que nos traten.

GENEROSIDAD
Damos sin pensar en recibir. Nuestra felicidad depende de la tuya.

ARMONÍA
En paz se disfruta más de la vida. Sin discordia y apreciando la belleza.

Marisa Guiulfo y Coque Ossio

Madre e hijo compartieron la misma pasión por las cosas hermosas y ricas de la vida. Marisa sobresalió notablemente en la línea de tiempo de nuestra cocina peruana y él creció admirándola, disfrutando de su mundo y aprendiendo sin medida. Juntos llevaron a La Bonbonniere a otro nivel. Hoy Coque sigue su legado, con el alma y el corazón puestos en cada uno de sus platos.

Desde 1953

Nuestra Historia

En 1953 una pareja de franceses fundó en San Isidro, La Bonbonniere, que hasta ahora existe en su local original de la calle Burgos. Funcionó durante cuatro décadas con éxito, atendiendo a la gente del barrio y ganándose cada vez más el cariño de los limeños de los distritos cercanos.

En la década del 90, Marisa Guiulfo, tras una carrera ya consolidada y exitosa en el área de catering, habiendo organizado algunos de los mejores banquetes limeños, decide adquirir la marca del matrimonio francés fundador y empezar un nuevo camino de crecimiento. A este proyecto familiar se une su hijo Coque Ossio, reconocido chef de alta cocina, que le da un giro definitivo a nuestra carta, transformándonos de Salón de Té o Patisserie, a un Café Restaurante.

Hoy La Bonbonniere tiene tres locales: el de antaño en San Isidro; el playero, inspirado en los grandes recuerdos de Marisa en su querida Pucusana dentro del Centro Comercial Larcomar, con una vista increíble a nuestro mar peruano; y el del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, abierto las 24 horas del día, los 365 días del año para acompañar y disfrutar junto a los viajeros peruanos y extranjeros.